Por: Jesús Jara
“¿De qué trata tu película?, pregunta con una sonrisa insidiosa. No sé, de un muchacho que sueña con hacer una metapela. De un pata que se mete a terruco para vengar a su viejo, de un gordo que busca insertar en la selva a unos otorongos de ciudad. De la pesadilla de Claudio. De un momento horrible y jodido de la historia del Perú. Del cine como duermevela. De muchos ingenuos soñadores. Ay, Pipo. Sueños, solo sueños… ¡Sueños bárbaros! (…)” (Pág. 454)
Para muchos, iniciar la sinopsis de una película haciendo uso de un spoiler, puede resultar muy molesto y hasta cierto punto decepcionante, ya que tal filme nos interesa ver cuanto antes. Sin embargo, la presente reseña lo hace debido a la complejidad –o maestría- con la que el autor/director estructuró la historia que nos da a conocer. Teniendo en cuenta la cita mencionada líneas arriba, podemos sentarnos, tranquilamente, en la cómoda butaca y disfrutar de la trama que la película (novela) está a punto de presentarnos.
Contexto: La fuerzas armadas contra Sendero Luminoso.
El contexto con el que inicia la historia del libro es el de la segunda mitad de los años 80’s y culmina con la marcha de los cuatro suyos dirigida por el entonces candidato presidencial Alejandro Toledo, en oposición a la dictadura de Alberto Fujimori y sus intenciones de prolongar su régimen por cinco años más.
Pero, antes de llegar a todo ello, la novela es un celuloide compuesto por fotogramas que describen la situación del momento (coche bombas, apagones, requisas, paros armados, torres derrumbadas, toques de queda, allanamientos a universidades, y más): el conflicto entre las Fuerzas Armadas y Sendero Luminoso. Ante esta atmósfera llena de violencia, unos locos cinéfilos se refugian en una vieja casona en Alto Perú apartada de todo esto. “Éste es el único sitio de Lima donde no nos molestan las bombas, las ráfagas de las patrullas militares, ni los fantasmas que rondan mi cabeza” (Pág. 33). Es en este lugar donde tienen la bárbara idea de rodar una película, lo que, además, hará el plus en la confección o forma que tomará el libro. Más adelante se explicará cómo el libro se apropia de la historia para presentarnos un panorama muy interesante.
Locos cinéfilos
¿Quiénes conforman este grupo amantes del cine?
En primer lugar, Rafael Delucci, un mil oficios (asistente de cámara, fotógrafo, guionista, editor, actor secundario, etc.), hace de su vida, luego de la separación con Cristina, su esposa, un canto a la libertad absoluta. "Solo quiero mi vieja camioneta y mi libertad para seguir fracasando..." (Pág. 15). Se permite ser lo que su cuerpo y alma deseen o dictaminen. De ahí que se vuelva una empedernida máquina de follar cuando se da la ocasión. Es, además, el propietario de la casa en Alto Perú, donde invita a todos sus amigos. Todos, por supuesto, son bienvenidos.
Pipo Gallo, es acaso el más imaginativo de todos. También el prototipo de artista que el libro propone. Dueño de frases y acciones impulsadas por el Lincoln: "Son increíbles las capacidades y facultades que tiene la mente. Si la dejáramos actuar, se harían mejores cosas. Yo creo que en el Lincoln está el principio del arte. Allí se encuentra lo más profundo de nosotros. El Lincoln refleja lo que es" (Pág. 45). Es el que presenta los diversos conceptos cinematográficos que aparecen en el texto, es el que hace del libro prácticamente un tratado de cine obligatorio. Comenta sobre la participación de los personajes, la creación de los diálogos, los papeles preponderantes que juegan la danza y la música en las historias, la estrecha relación que debe guardar el director y el guionista, etc. Cada vez que Pipo toma la palabra, el lector conocerá anécdotas, reseñas, críticas u opiniones sobre las diferentes películas de las que hará mención.
Paloma, estudiante de actuación, que por azares de la vida, protagonizará su propia vida bajo el título de la obra de Sófocles, Electra. Para recabar fondos que irán a Cuatrotablas, casa actoral donde estudia y a punto de desaparecer, es que decide, con un grupo de compañeros, llevar a cabo la obra griega. La misma le servirá para exorcizar su propia Electra como historia personal. También ella tendrá un padre (Agamenón), una madre (Clitemnestra), un hermano (Orestes), un tío (Egisto) propios. Nos detenemos aquí, volveremos a este punto después.
Luego la novela completará la lista de los demás integrantes del grupo. Cada uno despierta la simpatía del lector: Ramón -hijo de Rafael y Cristina- a quien lo vemos crecer inocentemente hasta convertirse en un adolescente con la líbido en la cabeza como su padre. Achote, el loco del barrio quien es bien recibido en la casa siempre. Giovanna, pareja de Pipo con el que tiene una pequeña y casi tangencial conflicto de clase y étnico a través de la mirada de sus padres suizos, quienes ven en Pipo, además de un vago, a un trigueño como muchos otros más.
Todos ellos serán acompañados con las apariciones de, por ejemplo, los poetas Domingo de Ramos o el recordado José Watanabe, el educador Constantino Carvallo, los directores Alberto "Chicho" Durant, Luis Llosa, entre una larga retahíla de cameos que, quizá, decidieron participar en el "rodaje" Ad Honoren.
Metapelículas
Dejemos la descripción de los personajes y vayamos a lo más llamativo del libro, sin lugar a dudas: la estructura, el diseño, el fondo, y sí, el montaje final.
A medida que la historia va avanzando, se nos citan varias METAPELÍCULAS (Sunset Boulevard, El moderno Sherlock Holmes, The last movie, El cameran man, La noche americana, entre otras). Pero, ¿qué es una metapelícula? Rodrigo Núñez Carvallo utiliza el concepto de lo metaliterario y lo traspone al ámbito de las películas. En el libro, las referencias, las opiniones, los comentarios, las citas y, en suma, toda relación intertextual estará marcada por nombres de actores, directores, guionistas, así como frases o fragmentos de los filmes:
"Las metapelículas. Las películas sobre otras películas" (Pág. 143)
"Algo mágico tienen las metapelículas. Parece que al retratar el cine desde el cine, la representación de la realidad se hiciera más redonda y esférica. Más clara. Más profunda. La ficción de la ficción nos atrapa con más fuerza. Es más verosímil que el mundo real " (Pág. 145).
De esta nueva categoría el libro se potencia en grado superlativo. No solo se queda en la verbalización o retórica conceptual, sino también recae en la praxis, en el sueño loco de Pipo de querer hacer una metapelícula. Y de ahí que, según palabras del mismo Pipo, "Todo es creíble, todo es verosímil, todo puede suceder. Nuestra propia vida se diluye en el film. Como diría Kracauer, en las metapelículas se produce una doble redención de la realidad física, lo cual les permite una vida propia, autónoma e independiente como creación, que trasciende al creador y a la propio noción de arte" (Pág. 326. Resaltado mío).
Mientras más teorizan sobre el término, mayor es la comprensión de la estructura misma de la novela. Gran parte de la novela da la sensación de introducirnos dentro de un caleidoscopio, una confusión de imágenes que hace que el espectador no recuerde si quiera cuál es la imagen raíz de las demás.
Planos-Montaje
No habrá dudas. Uno quedará confundido al leer este libro. Las metapelículas generarán los diferentes planos narrativos o puntos espaciales que la historia contiene. La mezcolanza de estos, sin olvidar el orden/desorden como están presentados, hace de Sueños Bárbaros uno de esos libros donde el juego entre realidad y ficción se dé de la mejor manera. ¿Qué estamos viendo? ¿Qué estamos leyendo? La mano del editor, así como un magistral trabajo de montaje se confunden para confundir absolutamente todo.
Plano 1: El de Rafael Delucci, que tras invitar a sus amigos a hospedarse en su casa, llevarán a cabo el sueño de realizar una película. En esta película, con guión abierto y colgado mediante fichas en las paredes de su habitación, participan todos, ya que todos serán envueltos por la historia más adelante, tal y como lo afirma Claudio Bronsky, otro de los que forma parte del grupo: “En el camino uno hacía amigos, conversaba de cosas importantes y teníamos la ilusión de que estábamos atrapando la historia, cuando era la historia la que nos estaba tragando con zapatos y todos…” (Pág. 301).
Plano 2: Es la historia o película que estamos leyendo o viendo en el mismo momento que pasamos página tras página. Los personajes que aparecen en el plano 1 también son envueltos por su propio proceso creativo, se hacen parte de la historia que narran. Prácticamente es el trabajo final o lo que pudo ser, ya que tras la muerte de algunos personajes, la historia presenta una sensación de inacabada, de insatisfacción.
“Y, precisamente, en el trasfondo de la novela está la terrible fábrica de masacres que fue el sueño revolucionario que ensangrentó al país bárbaramente en los años 80 y 90. Sueño fracasado del fanatismo senderista aquí enfocado con una formidable (nos parece el hilo narrativo mejor desarrollado) actualización de la tragedia “Electra” de Sófocles, generando una referencia al teatro (la novela está dividida en tres actos) y a la actividad teatral del medio (Cuatrotablas, Pataclaun)”.
El personaje principal de este plano, tal y como se señaló anteriormente, será Paloma, quien interpretará a Electra doblemente (en la puesta en escena de un teatro y en su propia vida). Es aquí donde la crítica a todo lo que significa Sendero Luminoso se deja ver. El libro se inserta, entonces, en aquellos libros que narran los años violentos de nuestra historia. Pero es en Sueños Bárbaros donde la imagen de Sendero Luminoso es vista con desengaño. Todo el plano 3 presenta una crítica social y moral de la estructura jerárquica dentro de su propia organización. “El partido tiene un incorrecto manejo de las contradicciones con los organismos de masas” (Pág. 68). El líder es presentado como:
“Es sólo un cerdo revisionista, que prefirió un partido minúsculo que le rindiera pleitesía, a un partido de grandes masas que hiciera peligrar su liderazgo. Nunca se animó a conducir al pueblo en armas, porque tenía miedo y se recluyó en una clandestinidad dorada. Ahora sé que es un cobarde, un timorato, un pusilánime… Sí, un cerdo revisionista (…)” (Pág. 67).
“Qué impresión me dio Abimael? Un pobre hombre con un ego espantoso que Augusta La Torre ayudó a alimentar” (Pág. 83).
Frases como estas se encuentran en demasía en el libro, haciendo de Sendero todo menos un partido político rígido y serio como este creía ser. Es más, el atentando terrorista en Tarata, en la novela, fue más un error de cálculo –a pesar de las muertes y herido que trajo consigo- que un plan correctamente pensado. Es en este mundo, en estas falsas autoridades senderistas, donde Paloma transitará, junto con Orestes, para vengar la muerte de su padre Agamenón, traicionado por su mujer y Egisto, senderista que con el dinero del narcotráfico compró a varios miembros del partido, eliminando a los que empezaban a mirar a la organización de manera diferente y real. La aparición de la comandante Norah y sus potentes críticas al partido son muy reveladoras, lo que hace de este plano, tal y como señala Gonzáles Vigil, uno de los mejores hilos narrativos de la novela. No olvidemos, además, que a lo largo de la novela, no sabemos a ciencia cierta si todo esto es lo real o forma parte de la película que estamos viendo. Si fuera esto último, la pregunta se mantiene abierta: ¿puede un libro, que toca el tema de Sendero bajo el punto de vista metaficcional formar parte de libros como La hora Azul, Abril Rojo, Retablo, La ciudad de los culpables, Rosa Cuchillo, y otras? Esta pregunta hace más valiosa la importancia del libro.
Otros planos llamativos: El guión que Rafael realiza para la presentación de su trabajo final del curso de cine que realiza en su viaje a Cuba sobre Claudio y el militante, Orestes, forma otro plano narrativo que estará incluido en los planos anteriores. Lo que demuestra que el autor del libro mantiene todo hilvanado perfectamente gracias al recurso de los vasos comunicantes. El mismo guión, además, sirve como punto de partida para la realización de la película Antes que Anochezca –sobre la vida del escritor cubano Reinaldo Arenas-, pero que al final se lo tomará para el rodaje de la película Fresa y Chocolate. Incluso la vida del propio Orestes, así como las vicisitudes de Juan Bullita, quien marcó a toda una generación de cinéfilos como el mismo Rafael, y los problemas de los demás personajes, se podrían separar, generando más planos que descansan, finalmente, en uno solo. Es más que obvio que el trabajo de montaje –no olvidemos que el libro inicia con un epígrafe del máximo representante de este trabajo (Eisenstein)-, es lo que facilita/complica la lectura del libro.
Sueños bárbaros, un homenaje.
La novela es un homenaje al cine. La literatura, por momentos, da la impresión que sirve al séptimo arte para que este pueda fluir libremente. El libro contiene más de 500 páginas, pero la lectura, a través del lenguaje, es envolvente. El humor es considerable, funciona bien como recurso literario. Asimismo, las metáforas o comparaciones parten de referencias cinematográficas, como si la vida estuviera hecha, verdaderamente, de películas. Personajes como Juan Bullita, Pipo y Rafael, no pueden dejar el cine, viven con él y a partir de este ofrecen sus perspectivas de vida. Los tres, prácticamente, desaparecen con el cine en sus venas. Libro como tratado, como diccionario cinematográfico obligatorio para quienes gustan de este arte. Las anécdotas de películas como Fitzcarraldo, The last movie, Sunset Boulevard, La noche americana, etc. son todo un disfrute. Incluso, todo el cine nacional –solo se salva Armando Robles Godoy-, es sepultado al infierno donde van las películas menores, las que no despiertan interés alguno. Se puede entender esto como una comparación con nuestra literatura, donde lo comercial (Hollywood) compra directores (escritores) para mantener alejadas a las mentes de lo que verdaderamente sucede.
Películas-sexo-arte como escapes de la cruenta realidad
El hecho de realizar una película mantiene a los personajes atentos a lo que hacen. Cada día es óptimo para grabar escenas y escenas, películas caseras como la caída de unos gallinazos, el caminar de una tarántula bautizada como Lincoln, los juegos que realizan los otorongos que tiene como mascotas Rafael. Agregando a esto el gusto por el sexo, no tanto carnal, sino liberador. Las reuniones para tomarse unas cervezas también son consideradas por el grupo. Todo lo que permita al espíritu ser libre, es apreciado. Formar parte de lo que sea, menos de un espacio basado en la violencia y que pone en riesgo la vida de cualquier ciudadano.
Palabras finales
Sueños Bárbaros. “¡Qué novela! Potente, explosiva, desmesurada, llena de vida”, pues sí, estamos de acuerdo con el juicio de González Vigil. Es todo un divertimento serio leer este libro o ver esta película en potencia. El amor al cine, el amor a la vida que lucha por no desaparecer a pesar de las derrotas que tendremos –Rafael Delucci no culmina prácticamente con todo lo que hace, Claudio fallece de sida, Paloma no se siente tranquila a pesar de la destitución de Fujimori y el juicio a los responsables de la muerte de varios jóvenes en la Universidad La Cantuta, incluso la resolución de Sendero Luminoso y la mirada limitada de Abimael Guzmán- hace de este libro toda una pieza digna de ser recordada. Es cierto que solo nos hemos basado en ciertos puntos del libro, sin embargo, creemos que hay otros que también son importantes. Esperamos que otras reseñas puedan llegar a atender este maravilloso y bárbaro libro. En verdad se lo merece.