jueves, 13 de octubre de 2011

La protesta de la Católica...¿protesta?


Por: El Anarco

La disputa entre las autoridades de la PUCP con el arzobispado ha generado todo tipo de ataques, defensas, insultos, acusaciones, etc., etc. Pero ha causado verdadera curiosidad  la “protesta” de los estudiantes del día 23 de setiembre. El afán de los estudiantes de alejar  esa universidad de la órbita purpura, produce más gestos que acciones concretas

Se ha repetido hasta la saciedad el argumento de que la defensa de la PUCP es la defensa de un espacio democrático y plural. Y la verdad ese rollo molesta. Molesta porque ese argumento se desvanece en un simple contraste con la realidad cotidiana que vive esa universidad. Habiendo perdido la universidad peruana peso político, proclamar que una universidad privada es la abanderada de la democracia, de verdad deja muchas dudas. 

Para dar cuenta del divorcio entre la PUCP y la realidad del Perú basta con entrar al campus y ver gráciles y educados venaditos comiendo tímidos el césped que seguro está prohibido de pisar.

¿Qué tan democrática puede ser una universidad privada? (más allá de que tenga fines de lucro o no) ¿O que tan plural es una institución cuando se  constituye en una suerte de fortaleza infranqueable?

La apertura de la PUCP tiene como condición previa dejar el DNI en la puerta y esperar la llamada de la señorita bien vestida que atiende en la puerta de los “visitantes”. Si responden, solo si responden, se puede ingresar.. ¿Se presume que de esa manera evitaran el ingreso de antisociales que perturben “la armonía democrática”?

Lo constante marca un carácter fidedigno. La democracia y pluralidad no son palabras que se restringen al ámbito cerrado de un aula, sino que deben vivirse diariamente, como un hábito que atraviese todas las acciones cotidianas.  Ello dota de sentido a la palabra que,  al igual que los actos, no son solo gestos o expresiones simbólicas de una voluntad.

Quizá sea por eso que genera curiosidad las formas tan edulcoradas de protesta de los estudiantes de la PUCP. Una forma que además no es reciente[1].

Durante los años de la dictadura fujimorista algunos estudiantes –quizá ávidos de ser aprobados socialmente- no dudaban en ir con las manos levantadas y pintadas de blanco mientras algunos policías veían facilitada su labor de golpearlos.  

¿Tanto se ha banalizado una protesta estudiantil que ahora consiste en utilizar pines y dar la vuelta a la manzana? Quizá la posmodernidad ha dado un nuevo giro a las formas más frontales de lucha. Después de todo existen jóvenes que se asumen revolucionarios por usar un polo del Che.


[1] Hace exactamente un año se organizó una marcha hacia el Poder Judicial que se desdibujó, pues la “marcha” consistió en el traslado gratuito en cómodos buses (amable auspicio de las autoridades universitarias) de los alumnos hasta la puerta del Palacio de Justicia.



16 comentarios:

Anónimo dijo...

Qué texto para más mezquino. El futuro de los "librepensadores"...esperemos que no. El autor de ese texto sería feliz solamente si lo dejaran entrar ja!

Sigan adelante!

Daniel Ávila

Anónimo dijo...

El hecho de que ellos no ejerzan la fuerza no quiere decir que sus voces no sean escuchadas, no hay necesidad de destruir, saquear, o violentar todo aquello que nos rodea para decir que realizamos una "acción concreta" en contra de lo que queremos cambiar, me parece que se desmerecen ciertas iniciativas de un grupo (quizás pequeño) de estudiantes y profesores que pretenden hacer de la PUCP un espacio realmente democrático y el problema de muchos académicos es que sólo saben producir críticas ácidas para decir que son más "liberales" y creen que con plantear su disconformidad y andar quejándose de todo es suficiente para "aportar" algo a la realidad nacional cuando en realidad más parecieran demostrar su impotencia y poca capacidad "librepensadora" para sustentar ideológicamente aquellas "acciones concretas" de las que hablan.

Julián Santos

Fausto Barragán dijo...

Me parece que este texto debería quedar como una opinión reservada, sin aspiraciones a más. Lo digo porque está cargado con harta subjetividad; cualquiera diría que estas incitando a la violencia o cualquier hecho que vaya de la mano con ella. Además presentas muchas cosas que creo están cargadas de encono, no sé en qué medida justificado, cual apelas a "(...)basta con entrar al campus y ver gráciles y educados venaditos comiendo tímidos el césped que seguro está prohibido de pisar." Quiero Creer que no dejas muy en claro el mensaje de tu post, porque no quiero pensar que sean "clases de cómo hacer revolución".

Anónimo dijo...

Vivimos en un país en el que decir las cosas con claridad causa escándalo, y hay muchos que intentan esconder la basura debajo de la alfombra. Sólo basta recordar a Gonzales Prada cuando exhortaba en su discurso del Teatro Olímpico: "Seamos verdaderos, aunque la verdad convierta el Globo en escombros i ceniza". ¿Temerario? ¿Agresivo? Es probable. Sobre todo cuando se interpreta que tomar acciones directas implica saquear o quemar, como alguien mencionó. Hay que tener cuidado en concluir ello. Dudo mucho que los estudiantes chilenos hayan salido a las calles a demandar la gratuidad de la enseñanza con pretensiones de apedrear policías. Dudo mucho que los estudiantes de San Marcos hayan planeado quemar un carro policial en la defensa del terreno de la ciudad universitaria… Pero ocurrió. El autoritarismo reacciona brutalmente cuando se le enfrenta o se le cuestiona. No es ésta una oda a la violencia pero si urge perder la ingenuidad. Confrontar lleva en sí actos que invitan al conflicto. Y que bien que así. Es el primer paso para vencer. Hace 2000 años Jesucristo proclamaba: “Yo no vine a traer paz, sino espada” (c.f. Mateo 10:34).

El Anarco

Pedro Llanos dijo...

1. 3000 personas tomando la mitad de una avenida y rodeando un campus, por más que no sea una forma "tradicional" de protesta, es un efectivo medio de presión mediática. Lo siento por el autor, pero ni Cipriani es nuestro empleador ni nosotros sus trabajadores como para hacer una huelga y golpear su bolsillo. O ¿qué pretende este "Anarco"? ¿Un atentado terrorista contra el arzobispado?

2. La universidad privada no es abanderada de la "democracia"(sic). En eso estamos de acuerdo. Pero ¿y la pública? ¿No juega un rol en la reproducción de la sociedad de clases? Tal y como lo plantea el autor no queda claro. Ahh y... ¿de cuándo acá los "anarquistas" defienden o revindican "la democracia"? (¡!)

3. La PUCP sufrió hace relativamente poco tiempo un asalto en el que entraron varios criminales con armas largas a robar dinero de la tesorería. A partir de entonces se endurecieron las medidas de seguridad. Pareciera que para el autor sería deseable abrir las puertas de la universidad de par en par, a todo el mundo, de manera indistinta, aún en el marco de la sociedad en la que está inmersa. Si antes existía la ilusión del "Socialismo en un solo país", "Anarco" parece plantear "La anarquía en una sola universidad".

4. Si el autor tanto quiere entrar para ver venados y pisar el pasto de la PUCP, que me avise un día y lo hago pasar. Pero por favor, que deje de lloriquear.

Germinal dijo...

Bueno, obviando el cuarto punto del último comentario a este texto (un cuarto punto que, a todas luces, es producto del escándalo y del poco o nulo sentido autocrítico), se hace necesaria una respuesta.
Hay un disociación entre el discurso y la práctica en un grueso sector de los estudiantes de la Católica. Una disociación que tiene, como símbolo, los pronunciamientos de sus autoridades. En ellos, se reclama por el respeto a la pluralidad, la libre expresión y el carácter democrático de la cátedra universitaria. Sin embargo, en la práctica, el carácter de la PUCP es completamente distinto. Existe una fuerte segregación al que no forma parte de la universidad, a aquel que está al otro lado del muro. Y eso se hace concreto, tanto en el trato que se le da al visitante como en la forma en que se quiere constuir la imagen de la universidad. Nadie envidia a los venados de sus jardines, ni a las ardillas de sus árboles. Nadie lo hace. Pero sí es curioso cómo se quiere re-presentar a la PUCP frente al resto del país. Esa, aunque le duela a Llanos, es una realidad innegable. No es sintomático acaso, Llanos, que digas que los ladrones son la causa del "endurecimiento" de las medidas de seguridad? Es decir, todo aquel que sea ajeno a la PUCP es un potencial ladrón. Un perturbador del orden interno. Esa es la primera forma de marginación y tu primera lección.
En ese mismo sentido, el que la universidad se reclame democrática es realmente una muestra de cómo se entiende la democracia en el Perú: democracia para quién? Para los que forman parte del grupo? O para todos los grupos sociales? La realidad cotidiana, demuestra que la Católica tiene la lógica nacional: democracia para los que forman parte de un grupo. Y eso, a la larga, terminará minando a su propio movimiento estudiantil.
Nadie quiere, lógicamente, que haya heridos, muertos, contusos, pero sí una confrontación auténtica. Si se muestran tan rebeldes (¿democráticos?) frente al Cardenal, muéstrense iguales frente a las incoherencias de su propia casa de estudios. Que la rebeldía no se acabe en el salón de clases o, en este caso, en la puerta principal de la universidad.
Finalmente, este artículo no pretende engrandecer la imagen de la universidad estatal. Mucho menos busca sostener que ésta genere una especie de contraesfera pública. Esa es una limitación de la universidad peruana en su conjunto. Y, sobre todo, es un problema de nuestro medio intelectual. Porque si en este país los mismos intelectuales, o seudointelectuales, llaman resentidos o mezquinos a aquellos que tienen una perspectiva distinta de aprehender un fenómeno, entonces, podemos estar seguros de que la democracia es un proyecto fallido. Un mero discurso vacío.

Rómulo Torre Toro

Pedro Llanos dijo...

1. Si hay una crítica transversal a toda la institución educativa: ¿por qué mostrar una suerte de obsesión con la PUCP? ¿Solo por su carácter privado -como el de miles de instituciones en el país? ¿Porque no gusta su forma de protestar? ¿O por su "alejamiento" de la realidad circundante? Debo decir que esta última crítica es válida en mayor o menor medida para cualquier institución que (re)socialice a la gente. Pero el autor y sus escuderos no toman esto en cuenta. Solo existe (a) la sociedad: excluida, oprimida, olvidada, sin posibilidad de ver venados y (b) la PUCP como una entidad malévola que cierra sus puertas a todos menos a los elegidos.

2. En ese sentido, invito a "Anarco" y sus defensores que hagan el intento de entrar a una fábrica o a un ministerio de su elección para que vean cómo los mecanismos de control son aún peores que en la PUCP (y esto, si los dejan entrar). O, mejor aún: que vayan a las casas de cualquier barrio limeño y vean los cercos eléctricos o de púas dispuestos alrededor de las casas. ¿Por qué exigir a la PUCP lo que no se exige a ninguna otra institución?

3. La universidad no es un espacio democrático en el sentido amplio del término. Las autoridades, efectivamente, tienen un doble discurso. De allí que más de una vez también hayamos protestado contra el rector. Sin embargo, surgen varias preguntas (de nuevo): ¿esto no es común a muchas otras instituciones? ¿No es meritorio, desde un punto de vista democrático-burgués, que la PUCP tenga un compromiso institucional con las formas institucionales de la democracia - tan despreciadas por las clases dominantes en las pasadas elecciones?

Les duele que ensaye una explicación psicológica a tan criticable post. Puedo retirarla, no hay problema, pero citaré a Anarco: "Vivimos en un país en el que decir las cosas con claridad causa escándalo, y hay muchos que intentan esconder la basura debajo de la alfombra".

Besitos de colores,

- P.

Juan Jose Torre dijo...

La nota publicada es, definitivamente, políticamente incorrecta, y es por eso que ha generado desaforadas reacciones entre quienes se sienten aludidos. Más allá de las consideraciones con respecto al acceso a la universidad lo cierto es que hay temas de fondo que no se cuestionan. La democratización real de la universidad por ejemplo. No se trata sólo de evitar una intervención externa sino además de criticar las incoherencias internas. El aguijoneo del artículo resulta provocador no por eso menos válido. Veamos lo central y no sólo el estilo, sino caeremos en querer contraponer universidades privadas y públicas. Eso está fuera de lugar, pues aunque no lo crea el sr. Llanos hay, lamentablemente, más cosas parecidas que distintas. El problema de la universidad peruana es precisamente su distancia de los problemas nacionales (en algunas más que otras). Ese es otro tema. Todo indica que mientras más nervio se coja más iracunda la respuesta.

Pedro Llanos dijo...

Y así fue como Juan José Torre no dijo nada, excepto que el autor del presente artículo es un troll.

¡Cuánta solidez argumental!

Rómulo Torre Toro dijo...

Bueno, Pedro Llanos, al parecer este artículo ha despertado en ti el lado más irracional y, por eso mismo, el más ofensivo.
No te preocupes, esto demuestra tu poca capacidad para sostenerte y sostener tu punto de vista.
Gracias por leer el blog; te recomiendo este artículo de javier Garvich:
http://germinalpublicaciones.blogspot.com/2011/10/el-ronsoco-ilustrado.html

Espero, en verdad, que en tus próximos comentarios no quedes tan en ridículo.

Bruno dijo...

No creí que este artículo hiriera tanto las susceptibilidades de algunas personas que estudian en dicha Casa de Estudios. La idea, asumo de su autor, es poner en tela de juicio la validez o no de la protesta a raíz del lío con la iglesia y el Opus Dei. También me parece muy curioso la forma cómo han reaccionado algunos, con un piconería que no hace más que validar la propuesta del autor. Dichos comentarios no tienen nada de concertadores. Lo único que hacen es poner en evidencia lo que pueden ser algunos de los estudiantes de la PUCP cuando les dicen algunas de sus "verdades". Ellos pierden cuando llegan a los insultos, como el caso del sr. Llanos. Lástima, podrían haber otros argumentos para rebatir los argumentos del autor del artículo.

Pedro Llanos dijo...

Cuando no hay una postura sostenible, brota la descalificación. Y encima tienen el descaro de llamar "irracional" a dos respuestas articuladas y numeradas.

Qué lástima por ustedes, en verdad. Cuando se dignen a responder como es debido quizá los tome algo en serio.

Victoria R. dijo...

‎Copio mi respuesta al primer comentario numerado de Pedro de fb - en mi condición de alumna pucp - a pedido de Rómulo: 1. De acuerdo (Cipriani es un peligro latente y la comunidad universitaria tiene el deber de hacerle frente, y movilizarse por ello) , 2. No pues v.v El carácter público de la universidad estatal sí le da un carácter diferente a su función (por más que, como todo elemento educativo, esté esencialmente enlazado con el sistema capitalista de producción) porque la gratuidad en su acceso permite la unión de ésta con los sectores sociales oprimidos o excluídos, como los obreros e incluso los campesinos en las universidades de la Sierra. En ese sentido, es COHERENTE enfatizar la diferencia, la pucp es (y se comporta muy bien) como una universidad privada 4. Lo mismo le ha pasado mil veces a San Marcos, y no por eso han restringido en exceso la entrada (y sería pertinente mencionar que la pérdida de laptops, códigos civiles, entre otros artículos d valor en la pucp se han dado frecuentemente dentro de la misma biblioteca, espacio en el que sólo pueden entrar alumnos. La clase media pudiente también puede robar..) Este punto, además, debería ser objeto de políticas estudiantiles.. la solución a los robos no pasa por "endurecer las medidas de seguridad" - esta es una posición de derecha - sino por evaluar las causas de los mismos y darle soluciones desde la propia comunidad universitaria (y no dejarle la tarea "facil" a las autoridades) 4. Más allá de "ser anarquista o no" creo que caricaturizas demasiado el comentario válido de ese post. La Pucp no es una universidad plenamente democrática (rompamos ya con esa prédica de las autoridades) pero sí puede ser una realidad concreta si así lo pensamos y lo proponemos los alumnos.

Victoria R. dijo...

Pedro, con todo el respeto q te tengo, no podemos "defender a capa y espada" cuestiones críticables d nuestra universidad. (sólo por el mero hecho de "quererla", o de ser estudiantes d ella)

Anónimo dijo...

No entiendo por qué tanto problema , solo basta leer la primera linea sobre la" probable prohibición de pisar el cesped" y el artículo se desmerece totalmente por su desconocimiento. ¿ Qué pasa cuando no se sabe de algo y no se tiene certeza de las cossa? tatatan

Anónimo dijo...

Me parece una reflexión alrededor del tema de la PUCP algo endeble pues no termina de quedar claro cuál es la idea central que trabaja el autor. ¿El carácter poco democrático de la universidad? ¿Las formas utilizadas para hacer protesta? Además, por momentos hay más improperios que argumentos adecuadamente sustentados.
Saludos

Jorge