martes, 3 de mayo de 2011

¿Quién es el otro? Intolerancia y discriminación a flor de piel

Por: Bruno Yika

La discriminación en el Perú tiene un matiz particular. No se le suele expresar de forma abierta sino mayormente en conversaciones íntimas y con amigos con los cuales se comparten los mismos prejuicios. Al respecto, parto de la idea de que ello es un producto histórico que tiene como inicio el debate entre Bartolomé de las Casas y Ginés de Sepúlveda[1], en el cual se discutía si el indio tenía o no alma, y por ende si era o no humano; implicando a su vez una relación con el otro basado en tres premisas: 1) forma estereotipada y estigmatizante de considerar al indio, 2) el debate sobre si los habitantes originales de América poseían o no calidad de humanos y 3) el planteamiento del problema indígena desde una perspectiva legal y moral.[2]

En la actualidad, la discriminación ha tomado un cauce que no sólo incluye factores raciales, sino también perspectivas políticas, formas de vida (incluyendo las orientaciones sexuales diferentes) y libertad para opinar. Este fenómeno integra estos factores y los esparce rápidamente en los imaginarios colectivos a través de medios de comunicación masivos y virtuales. Asimismo, tiene como eje transversal la intolerancia y la imposición casi dogmática de puntos de vistas que tienen como trasfondo intereses políticos y económicos de larga data en el país.

Diariamente periódicos decanos, correos, razones, expresos o canales televisivos con nombres de letras tejen y entretejen estrategias que buscan frenar, a cómo de lugar y más allá del bien y del mal, propuestas de gobernabilidad diferentes, en cierto sentido, a las planteadas por la candidata contendora. Lo peor de todo es que hace diez años algunos de estos medios de comunicación enarbolaban la bandera de la libertad de prensa y se jactaban de ser los líderes de opinión con mayor credibilidad.

La intolerancia y la discriminación también incluye una densa y muy buena campaña en las redes sociales para insultar, despreciar y estigmatizar a uno de los candidatos electorales y a todos aquellos que tienen la opción democrática de simpatizar con él. Un ejemplo de ello es el asco y la decepción que muestra un grupo de chicas y chicos bien que han llenado de adjetivos negativos, en su página del face, al premio nobel de literatura por decir que jamás votaría por la hija de un dictador y un violador comprobado de los derechos humanos.

¿Qué reflejan todas estas manifestaciones sino lo que antes se decía de forma solapada y en círculos cerrados? Refleja el miedo de los grupos dominantes a la igualdad entre las personas, al derecho que tienen todas y todas a expresarse libremente, con autonomía y sin violencia y refleja el miedo a la memoria y a la reconciliación entre los peruanos.

La discriminación acude a la humillación para poder despreciar al otro. Sin embargo, ésta tiene un doble filo pues “se puede recurrir a ella para demostrar o probar la desigualdad fundamental e irreconciliable entre el humillador y el humillado, pero, contrariando su objetivo principal, termina autenticando, verificando la simetría de ambos, su igualdad y paridad” (2010: 199–200)[3] .






[1] Marzal, Manuel. 1986. Historia de la Antropología Indigenista: México y Perú. Segunda Edición. Fondo Editorial de la PUCP. Perú.
[2] Krotz, Estaban. 2002. La otredad cultural entre la utopía y la ciencia: un estudio sobre el origen, y desarrollo y la orientación de la Antropología. 1ra. Edición. Universidad Autónoma Metropolitana. México.
[3] Bauman, Zygmunt. Amor líquido. Acerca de la fragilidad de los vínculos humanos. FCE. México. 3ra reimpresión.


6 comentarios:

Anónimo dijo...

Lamentablemente el racismo se ejerce en el Perú de una manera tan soterrada pero tan constante que su práctica ha dado lugar a escandalos y a políticas estatales a fin de erradicarla, pero existen contextos de crisis en las que emerge este tipo de conductas. Lo curioso es que -como anotaría Cecilia Mendéz (http://www.cholonautas.edu.pe/modulo/upload/Mendez.pdf)- existe una imagen idealiazada del pasado indígena que niega su características actuales.

Anónimo dijo...

Ese pasado indígena no es otra cosa que el pasado incaico. La muy conocida frase "incas sí, indios no". Y esta misma tendencia la vemos en cómo se pretende, desde las esferas de poder, construir nuestra identidad: en base a imágenes estáticas de machu Picchu. No es otra cosa que convertir al otro en tarjeta postal.

Anónimo dijo...

Sr. bruno Yika, no cree que con este tipo de textos, no hace otra cosa que fomentar la violencia y la desunión entre peruanos?
Atte.

Fernando Barrera.

Germinal dijo...

Estimado Sr. Fernando Barrera:

Antes que nada, gracias por comentar el artículo que buenamente pude escribir.

Al respecto, no tengo ninguna intención de fomentar ningún tipo de odio ni violencia entre las personas, mucho menos entre compatriotas.

Por el contrario, en este caso lo que intento hacer es reflexionar críticamente sobre situaciones que suelen ocurrir dada la coyuntura electoral.

La idea, como ciudadano del Perú, es apuntar hacia el mismo horizonte, sin importar si eres de derecha o de izquierda. Dogmatismos de ningún tipo pueden hacernos tener un pensamiento único de las cosas.

Por ello le pregunto ¿Si dejáramos de reflexionar no se convertiría nuestra vida en una mera monotonía?

Personalmente lo invito a escribir en este blog para que pueda compartir su opinión con nosotros.

Atentamente.

Bruno

Anónimo dijo...

La pregunta que asalta al leer comentarios como aquel que manifiesta "promover violencia entre peruanos" es: ¿Acaso la discriminación no es una forma de ejercer violencia sobre una gran mayoría de peruanos? y por lo tanto digno de denuncia y estudio. ¿Que debemos hacer los que somos concientes de ello? ¿callar? No , esa no es una posibilidad. Hay que educar a los ciudadanos a fin de que hagan respetar sus derechos y del mismo modo educar a los discriminadores para que aprendan a tolerar y respetar a quien piensa y es diferente.

Anónimo dijo...

Señor Yika

Indiscutiblemente usted es una de las pocas personas que nunca ha discriminado. No olvide que en la discriminaciòn se da, muchas veces debido a una relaciòn de poder.
Al parecer en este Perú lleno de matices y colores, existe alguien como usted que tiene la receta para evitar la discriminaciòn, de ser asì compártala por favor.
Muchas gracias