Por: Jorge Duarez
(Ilustración: Carlos Tovar, "Carlín")
El psicoanalista esloveno Slavoj Zizek señala que los seres humanos asumimos nuestras creencias más íntimas antes de contar con una argumentación racional para hacerlo. En palabras de Zizek esto supone que “las razones de por qué hemos de creer sólo son convincentes para aquellos que ya creen”.[1] Esto no sería ajeno a la política, pues uno asumiría una opción (liberal, socialista, progresista, conservador, etc.) y luego buscaría argumentaciones racionales para sostenerla. Así, al fujimorista por más razones y pruebas que se le dé sobre la nefasta experiencia de los años 90 no cambiará de parecer sobre su voto, pues responde a una convicción antes que a una razón. Por ello, este post está principalmente dirigido a aquellas personas que las encuestadoras identifican como “indecisos” y que buscan razones para definir su voto sin una posición previamente definida.
Empecemos por lo que significa el fujimorismo. El gobierno del Alberto Fujimori se caracterizó –entre otros- por la corrupción, el desprecio por la democracia y la violación a los derechos humanos. Millones de dólares, provenientes básicamente de las privatizaciones de empresas públicas, del desfalco del sistema de pensiones de los jubilados y de la caja de ahorros de policías y militares, se utilizaron para los intereses privados de Fujimori y su círculo cívico-militar. Con el dinero de la corrupción se podrían haber construido cientos de escuelas para la población, financiar un sistema integral de salud, además de pagar mejores pensiones para los jubilados.[2]
Con el pretexto del no apoyo a la lucha contrasubversiva Fujimori disolvió el Congreso de la República, cerró el Poder Judicial y persiguió a sus adversarios políticos. Por presión internacional convocó a un Congreso Constituyente a partir del cual logró mayoría Congresal promoviendo el transfuguismo.[3]
Sobre la violación a los derechos humanos, consta en los expedientes presentados por el Ministerio Público durante el juicio que se le siguió a Fujimori, que desde sus primeros años de gobierno se persiguió y asesinó a dirigentes sindicales, así como se organizaron grupos paramilitares como “Colina” para exterminar extrajudicialmente a presuntos terrorista. La matanza del profesor y los estudiantes de la Universidad “La Cantuta” y “Barrios Altos” son solo algunos ejemplos lamentables de ello.[4]
Algunos seguidores de Keiko Fujimori –entre ellos el presidente García- han sostenido que no se le puede achacar a ella los errores de su padre. El argumento es que no se puede descalificar políticamente a Keiko por el vínculo genético que comparte con Alberto Fujimori. Eso suena lógico pero deja de lado evidencias de fondo sobre el vínculo de carácter político entre Alberto y Keiko Fujimori. Hasta hace algunas semanas Keiko no dudaba en declarar abiertamente que su padre ha sido “el mejor presidente de la historia” e incluso no “chocó” con Montesinos mientras así le convenía para la defensa de su padre. Además, hasta el momento la candidata no ha aclarado cómo financió sus estudios en Estados Unidos, existiendo varios indicios de que éstos fueron financiados con el dinero de la corrupción.[5]
Otra evidencia del vínculo político entre Keiko y Alberto Fujimori es el entorno de la candidata, quiénes la acompañarían en un hipotético gobierno suyo. Tomemos solo algunos ejemplos: Rafael Rey, Martha Chávez y Jorge Trelles. Rafael Rey fue uno de los Congresistas que votó a favor de la Ley de Amnistía que liberó a los miembros del grupo Colina durante el gobierno de Fujimori. Como Ministro de Justicia de García promovió el polémico Decreto Legislativo 1097 que buscaba amnistiar a violadores de derechos humanos. Rey ha sido crítico acérrimo del Informe Final de la Comisión de la Verdad y Reconciliación, oponiéndose de múltiples maneras a la aplicación de las recomendaciones que el informe propone. Martha Chávez fue y es una recalcitrante defensora del fujimorismo, reivindica hasta ahora el autogolpe del 92, avaló la labor del grupo “Colina” e incluso hace unos días llegó a amenazar al Presidente del Poder Judicial por la sentencia a Alberto Fujimori. Jorge Trelles fue Ministro de Educación durante el gobierno de Fujimori, quien además de avalar y defender las medidas criminales y autoritarias de Fujimori, se encargó de desprestigiar a sus adversarios políticos en los últimos años del fujimorismo a través del programa “Mesa Política” vía el desaparecido canal “Cable Canal de Noticias”.
Para muchos es valedero omitir el significado del fujimorismo para supuestamente defender el crecimiento económico. Me parece que es un error tanto ético como político. Ético porque ponen en un segundo plano el legado fujimorista de violación a los derechos humanos y corrupción que tanto daño ha hecho a miles de peruanos. Político porque se pone en peligro la democracia, se asume acríticamente lo que Campodónico ha llamado “el mito del modelo (económico) intocable”[6] y se renuncia a una serie de reformas necesarias en el país para lograr consolidar una comunidad política incluyente.
[1] Ver: Zizek, Slavoj El sublime objeto de la ideología Siglo XXI, México, pp. 64-73.
[2] Para mayor detalle ver: http://bajolalupa.org/13/12_tex.html
[3] Al respecto existen múltiples trabajos, entre ellos el de Julio Cotler y Romeo Grompone titulado El Fujimorismo. Ascenso y caída de un régimen autoritario, Instituto de Estudios Peruanos, 2001.
[4] Recomiendo mirar al respecto el documental sobre el caso La Cantuta titulado En la boca del diablo.
[5] Ver al respecto el trabajo de investigación realizado por el diario “La República”(20/07/2010; 06/08/2010 y 02/04/2011).
[6] Ver: http://cristaldemira.com/pop_guardar.php?id=2349
4 comentarios:
Interesante análisis de filiación política y no familiar que tanto se le atañe, y que a veces puede argumnentar que esto último no la invalida para ser una política. Pero si queda claro que como funcionaria pública al ser una primera dama, ya no solo como hija, se incorpora en ella tanto activos como pasivos del gobierno de Alberto Fujimori. Ella, Keiko, que también avaló hasta hace poco como "justificado" el autogolpe del 5 de abril, no es una persona que quiera la reinvidicación de la memoria peruana. Basta citar ejemplos como la férrea oposición de su bancada —que ella lidera— frente al Lugar de la Memoria o el "ojo que llora", tíldando los lugares como verguenza el primero, y lugar de terrosristas para el segundo. Lo peor es el clima de caos social que se armará luego del 5 de junio, si es que sale ganadora la hija de un asesino sentenciado a 25 años de lesa humanidad.
Jhonny.
El hecho que muchos jóvenes que votaron por PPK, ahora voten por Keiko, es consecuencia propia del Fujimorismo: generación de miedo y pánico como medio para la dominación de las personas y la emergencia de gobiernos autoritarios como salvadores de conciencias y mutiladores de memorias.
Buen artículo, Jorge.
Saludos
Bruno
Agradecemos sus comentarios y esperamos que continúen visitando el blog y animando el debate.
La gran campaña de ataques a Humala se puede categorizar como real-ficticio. Se crea una historia a la que se le da categoría de real, se utilizan personas reales que dan testimonios y pruebas "contundentes".
Pero lo que revela la campaña es la enorme incapacidad de los sectores dominantes para incluir al marginado, al otro. La incapacidad para ceder en sus intereses y buscar consensos para, de una vez por todas, crear una proyecto realmente nacional.
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